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5 tipos de parejas actuales que no funcionan

Las relaciones de pareja en la actualidad forman parte de un terreno incierto, en donde dos personas se unen para compartir sus vidas de manera constructiva, o al menos, ese sería el objetivo principal. Muchas veces, los involucrados desearían tener una guía que les ofrezca ciertas certezas a la hora de saber si su relación posee las bases necesarias para funcionar o no.

El amor suele ser ciego en la mayoría de los casos y el proceso de enamoramiento confunde o nubla las expectativas de la pareja. En este artículo hablaremos sobre 5 tipos de parejas actuales que suelen terminar en un fracaso amoroso.

Tipos de parejas que existen

En un principio existe un período de fascinación, ilusión y revoloteo de emociones que idealizan al ser amado y en gran medida nublan la noción y el realismo. Esta es la razón por la cual un gran número de involucrados culminan sus relaciones en cortos períodos de tiempo.

Comencemos por ver aquellos tipos de relaciones de pareja más propensos a culminar su relación, pero ten en cuenta que estos prototipos no son estáticos ni exactos en un cien por ciento y que también existen excepciones a la regla. No obstante, puedes utilizar esto como una guía para fomentar tu atención a la hora de elegir continuar o iniciar una relación.

Pareja con desproporción en el interés

Cuando una de los miembros de la pareja provoca en el otro una sensación de fascinación mucho mayor al ofrecido, se genera un desbalance en el equilibrio emocional entre ambos. Recordemos que la finalidad principal de una vida en pareja es compartir la vida y no colocar a tu compañero o compañera en un pedestal inmaculado.

Se busca un trato de igual a igual con el cual ir sorteando los obstáculos que puedan irse presentando y disfrutando de los buenos momentos que se vayan generando. Y aunque si bien en las películas románticas la figura de un amor muy grande es utilizado como una situación virtuosa, en la vida real existe una gran probabilidad de que tal situación no sea otra cosa que una obsesión disfrazada de virtud.

La obsesión puede dar paso a la necesidad imperiosa de control sobre la pareja, basada en el miedo a perder aquel ser que otorga su aparente felicidad y por el cual la persona se encuentra obsesionada. Convierte así a la imagen de su cónyuge en un objeto de poder y tras ello sobrevienen las escenas de celos, la necesidad de confirmación, el exceso de atenciones que pueden convertirse en situaciones empalagosas o asfixiantes, la culpa y posteriormente, aunque no siempre, la violencia física o psicológica.

En este tipo de relaciones de pareja se encuentra en peligro la libertad individual, una condición innegociable para poder dar vida genuina al vínculo generado.

Pareja con un miembro enamorado de un ideal

Durante el proceso de conocer a una nueva persona se establecen juicios superficiales sobre lo que interpretamos del otro. Algunas veces, tales juicios pueden estar muy bien fundados pero se centran en el potencial que vemos y no realmente en la actualidad de la persona. Podemos ver a alguien sumamente exitoso en su trabajo en una persona que apenas está comenzando su vínculo laboral, sólo porque creemos que por su inteligencia puede llegar a escalar alto en su desempeño.

También podemos ver una madre o padre amoroso en una persona que se lleva bien con sus sobrinos o hermanos menores, solo por el hecho de verlos interactuar. Esto no quiere decir que tales situaciones no puedan servir de indicios de lo que puede llegar a ser algún día, no obstante, siempre es recomendable permanecer con los pies en la tierra y no idealizar tales situaciones porque de lo contrario caemos en el peligro de enamorarnos de una imagen generada e inventada y no realmente de la persona tal como se nos presenta hoy en día.

Este tipo particular de vínculo amoroso suele generar una gran decepción en la persona cuando toma conciencia de la realidad que le toca vivir. Aun cuando todo indique que en el futuro los hechos sí puedan desarrollarse tal como lo tiene imaginado pero que en tiempo presente se ve como lejano.

Las decepciones suelen surtir el efecto de balde de agua fría alejando a la persona y generando un intenso dolor emocional. No es buena idea continuar una relación si el objeto del amor ofrecido no es la persona actual sino una versión idealizada de la misma.

Pareja con un miembro con vocación de rescate

Este tipo de relaciones suele estar conformado por un integrante conflictivo y otro tranquilo. La persona tranquila suele tener la ilusión de poder convertir a la persona conflictiva en una persona virtuosa. En cierta forma lo que busca es convertirse en redentor del conflictivo.

Suelen ser personas que ofrecen una comprensión extrema de su pareja apañando su comportamiento a supuestos problemas del contexto que podrían ser modificados si aparece en su vida una imagen casi paternal, comprensiva y amorosa. La mayoría de las veces este tipo de relaciones no llegan a buen puerto, pues terminan generando círculos viciosos donde el conflictivo se debate entre el buen comportamiento y períodos de inestabilidad que dañan la confianza mutua. Muchas veces pueden convertirse en manipuladores amenazando con volver a sus actividades conflictivas en caso de no obtener ciertos beneficios. La dependencia aumenta con el tiempo y la decepción cursa a la par del dolor emocional.

Recuerda que la decisión de cambio siempre es una opción personal y que tales situaciones deberían ser tratadas en terapia individual. Las parejas no deben funcionar como psicólogos y la toma de decisión para dejar atrás cierto comportamiento conflictivo debe estar acompañado de un sincero compromiso que solo puede tomar la persona en cuestión y no un tercero. Acudir a una terapia por obligación es una situación que está condenada a fracasar.

Pareja enamorada de un rasgo superficial

Se podría pensar que tal situación es encontrada, por lo general, entre los primeros noviazgos de la juventud. No obstante, la experiencia indica que los adultos muchas veces establecen relaciones basadas en la fascinación por un rasgo superficial de su pareja. Habitualmente este factor suele tener componentes físicos o económicos, es decir, un sujeto enamorado de la otra persona a causa de su cuerpo, el color de sus ojos, el estatus social, su solvencia económica, su aspecto académico, etc.

Nunca hay que perder de vista que la persona envuelve toda una esfera física-psíquica-espiritual. Esto quiere decir que existen múltiples dimensiones por el cual una persona es cómo es y vive como vive. El amor surge en función de lo que vamos conociendo de la otra persona y tiene por objetivo el compartir nuestro día a día. Si un sujeto se enamora de otro solo por un rasgo en particular y además, tal rasgo es perenne o superficial, la relación estará condenada a sufrir grandes altibajos y probablemente una ruptura anunciada.

Parejas con gustos muy diferentes

Si estás entrando en una relación o ya estás en una, pero notas que tu pareja y tú tienen gustos muy diferentes a un punto tal en el que chocan constantemente en sus puntos de vista, quizá sea una buena idea sopesar sobre su futuro. Es cierto que tener gustos diferentes agrega al día a día un condimento particular que construye cierta curiosidad mutua. No obstante, cuando estos gustos son absolutamente diferentes y además poco compatibles, es muy probable que la relación no termine en buenos términos.

Existen múltiples ejemplos sobre este tipo de situaciones, pero a rasgos generales, si para ti existe algo muy importante que debe ser respetado o realizado de una manera particular por convicciones realmente profundas pero tu pareja tiene una opinión absolutamente contraria, al punto tal de contradecir tus más íntimas creencias, entonces es muy difícil que ambos puedan convivir. Esto no quiere decir que no se quieran entre sí, pero algunas veces la compatibilidad juega un papel mucho más preponderante en las relaciones y su estabilidad.

Conclusiones

Recuerda que la vida en pareja es una realidad que implica compartir la vida de a dos. El amor no es sinónimo de enamoramiento, ni de fascinación, ni de obsesión; por tal motivo a la hora de establecernos en una relación es importante analizar nuestras cualidades y las cualidades de nuestro ser amado para poder establecernos en pareja con bases en el respeto mutuo y un proyecto claro a futuro. Ninguno de los dos es más importante que el otro y el trato debe ser de igual a igual. Los desequilibrios emocionales son complejos y deben ser tratados de manera personal.