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Cama compartida con los hijos: entienda cómo funciona este método

Compartir la cama con los hijos para dormir es una práctica que divide las opiniones. Hay quienes lo defienden y practican y hay quienes no lo aconsejan. La gran pregunta es: ¿es la cama compartida la más adecuada para ti y tu familia?

En este artículo conocerás más sobre este método, las indicaciones de seguridad y también podrás aclarar tus dudas.

¿Cómo funciona la cama compartida?

Puede ser que los padres decidan compartir la cama sólo durante las primeras semanas, sin embargo, algunas personas optan por convertirlo en una rutina hasta que el niño esté preparado para dormir en su propia cama.

Sin embargo, existen recomendaciones de seguridad, para garantizar que esta práctica sea segura para el bebé, especialmente para el recién nacido.

¿Por qué hacer la cama compartida?

La principal razón para elegir compartir la cama es la practicidad. En las primeras semanas de vida del bebé, éste exige mucha atención de los padres.

Es un ritual laborioso en cada toma: coger al bebé, darle el pecho o el biberón, cambiarle el pañal, hacerle eructar y, finalmente, volver a dormirle. Por no hablar de la preocupación por el bebé, que hace que los padres se levanten para comprobar su bienestar durante el sueño.

Al compartir la cama, este ritual se convierte en un poco menos de trabajo y para la madre en el puerperio, es una gran ventaja.

En contra de lo que mucha gente piensa, evitar que el bebé llore mucho antes de atenderlo no lo convierte en un malcriado, incluso porque un recién nacido no tiene la madurez psicológica y física para convertirse en un manipulador.

De hecho, el llanto es la única forma que tiene el bebé de comunicarse. Ignorar este intento desesperado de comunicación, que suele querer llamar la atención sobre una necesidad básica como la comida, el sueño, el dolor, etc., puede hacer que el niño sienta mucha inseguridad y, por tanto, llore cada vez más.

Cuando el bebé es atendido rápidamente, el llanto se reduce a largo plazo, porque, básicamente, no sentirá la necesidad de hacer mucho ruido, porque está acostumbrado a ser acogido y a que se atiendan sus necesidades.

Además, la cama compartida tiene una ventaja más, ya que con este método la madre puede darse cuenta más rápidamente de que el bebé tiene hambre, necesita un cambio de pañal o siente alguna otra molestia.

¿Pero qué pasa con el riesgo de que la madre duerma sobre el bebé?

Esta es una de las principales dudas de los padres y uno de los puntos más controvertidos de esta práctica. Según los especialistas, la madre que amamanta a su hijo tiene el sueño más ligero, despertándose con cualquier señal del bebé, incluso estando cansada.

Pero, ¿cómo es posible? Debido a la producción hormonal que produce la madre lactante, ésta se vuelve instintivamente más sensible. Por este motivo, la cama compartida está mucho más extendida y también es más segura cuando la practican mujeres que amamantan a sus hijos.

Existen otras normas de seguridad en relación con el hecho de compartir la cama. Ver:

¿Cómo es la seguridad de los niños al compartir la cama?

Hay varias medidas de seguridad para el sueño del bebé, he aquí en resumen, los mejores consejos para el sueño de todos los bebés:

  • El bebé debe dormir boca abajo: es la posición más segura para evitar lo peor, ya que garantiza la movilidad de la cabeza, asegurando que pueda respirar más fácilmente;
  • El colchón debe ser firme: una superficie uniforme evita el riesgo de asfixia;
  • Cuidado con los accesorios: nada de mantas, peluches u otros accesorios que puedan asfixiar al niño;
  • Temperatura agradable: para evitar que el bebé se sobrecaliente, intenta mantener la temperatura entre 16 y 18ºc;
  • Circulación del aire: utilice algún dispositivo para hacer circular el aire, ya que es necesario que la habitación esté ventilada;
  • Presta atención también al lugar donde duerme tu bebé durante el día: no se recomienda dejar al bebé durmiendo solo en la cama de los padres, en el portabebés o en el cochecito;

Consejos de seguridad para las camas compartidas:

  • La lactancia materna es esencial: como hemos dicho anteriormente, la madre que da el pecho tiene un sueño más ligero y puede estar más atenta al estado del bebé durante la noche;
  • Dejar al bebé cerca de la madre: es mejor porque el padre generalmente tendrá un sueño más pesado;
  • Adaptar la cama: puedes utilizar pantallas protectoras para evitar que el bebé se caiga de la cama y también debes evitar los huecos entre la cama y la pared (utiliza toallas para rellenar los huecos o aleja la cama de la pared);
  • Sólo los padres deben dormir con el bebé: cualquier otra persona, incluso los hermanos mayores, no debe dormir con el bebé en la misma cama;
  • Dormir sólo en la cama con el bebé: evitar dormirse en el sillón de lactancia, en el sofá o en cualquier otro lugar que no ofrezca seguridad;
  • Mascotas: no pueden dormir en la misma cama.

¿Hay contraindicaciones para compartir la cama?

Sí, hay algunos casos en los que el sueño compartido no está indicado, porque se perjudica la seguridad y la salud del bebé. Compruébalo:

En el caso de los padres consumidores de drogas, como el alcohol y el tabaco, por ejemplo, porque puede alterar el sueño y la percepción de los padres sobre el bienestar del niño. Y, de hecho, no es un comportamiento recomendable para ningún cuidador que tenga a su cargo un niño, ¿verdad?

Cuando los padres son muy obesos, tampoco está indicado compartir el sueño, porque las posibilidades de que se produzcan accidentes son mayores.

Los bebés prematuros, de bajo peso o con fiebre alta tampoco deben compartir la cama con sus padres.

¿Está comprometida la intimidad de la pareja?

Muchos padres tienen esta duda. Nada más justo, al fin y al cabo, si es en la cama donde se producen los momentos más íntimos entre ellos.

Sin embargo, lo que ocurre con la mayoría de las parejas que tienen hijos es la necesidad de recurrir a formas más creativas de mantener sus relaciones.

Es el momento de crear nuevas fantasías. ¿Y si se aprovechan lugares poco habituales de la casa, como la cocina, el baño o el salón? También es posible, una vez que el niño es más independiente, viajar, o pasar la noche en algún lugar cómodo de la misma ciudad.

¿Cómo sacar al niño de la cama de los padres?

Esta es otra de las grandes inseguridades de los padres en relación con las camas compartidas: ¿y si mi hijo no se acostumbra a dormir en su cama?

En primer lugar, hay que entender que algunos padres practican el sueño compartido sólo durante las primeras semanas, volviendo a utilizar la cuna cuando el bebé empieza a dormir toda la noche, alrededor de los 6 meses de edad.

Pero, como todo en la vida, esto puede variar, ya que algunos niños tardan más en poder dormir toda la noche, especialmente cuando empiezan a salir los dientes o cuando comienza la introducción de alimentos en la dieta del bebé.

Otra cosa que puede ocurrir es que el bebé tarde unas semanas en adaptarse a la cuna. O puede tardar más tiempo. Sólo una cosa es segura: tu bebé se sentirá seguro para dormir en su propia cama en algún momento. Y esto ocurrirá mucho antes de que se conviertan en adultos, ¡créeme!

¿Cómo sé si compartir la cama es para mí?

Si aún no estás seguro de si compartir la cama es lo mejor para ti, intenta analizar cada uno de los pros y los contras de este método.

¿Estás amamantando o planeas amamantar a tu hijo? ¿Estás preparada para compartir tu cama con el bebé durante unos años, si fuera necesario?

hay que tener en cuenta el estilo de la familia, porque compartir la cama puede ser muy bueno para algunos padres y no funcionar para otros. Algunos bebés se mueven mucho por la noche, lo que puede entorpecer el sueño de los padres.

Además, si los padres se sienten cómodos durmiendo con su hijo en la cama, pueden adoptar el método, pero si temen la amenaza de la llamada muerte súbita que puede producirse en los bebés, hay otras opciones para compartir.

¿Cuáles son las alternativas a compartir la cama?

Además de la opción de dejar que el bebé duerma en su propia habitación, existen otras opciones a la hora de compartir la cama que funcionan como punto intermedio, asegurando un espacio exclusivo para que el bebé duerma, aunque esté cerca de los padres:

Cuna adjunta:

La cuna adosada es una cuna fabricada exclusivamente para ser adosada a la cama de los padres, evitando cualquier hueco que pueda provocar un accidente.

Tiene tres lados protegidos por barrotes y uno de ellos se acopla a la cama de la pareja y permite no tener que levantarse para coger al bebé durante la lactancia nocturna.

Habitación compartida:

Esta es una de las opciones más populares entre los padres, y es muy sencilla: poner la cuna del bebé en la habitación de los padres.

Aunque todavía tenga que levantarse para recoger al bebé por la noche, esta puede ser una gran opción para los padres que no se sienten seguros compartiendo la cama con su recién nacido, pero que tampoco quieren dejar al bebé tan lejos.