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Conoce estos 5 mitos y verdades sobre la lactancia materna

«Nace un bebé, nace una madre». Esta frase pesa sobre los hombros de una mujer que ha recibido en sus brazos a un pequeño ser, de pocos centímetros y kilos, con toda la responsabilidad de cuidar y nutrir al que depende casi por completo de la madre.

Este es sólo uno de los mitos que la mujer que recién ha dado a luz escucha de la sociedad, dificultando su adaptación al bebé y llevando ya al proceso de culpabilización, tan conocido en la maternidad.

La frase hace entender a la mujer que sabrá hacer todo instintivamente, pero en la vida real se convierte en madre a diario junto con el bebé a través de la experiencia y el aprendizaje por la práctica.

Mitos y verdades acerca de la lactancia materna

Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las mujeres, lleno de mitos y expectativas, es la lactancia materna. Para empoderarte y tener una luna de leche más tranquila, consulta aquí los mitos y verdades sobre la lactancia materna:

1. La lactancia materna duele

Depende. Esta afirmación variará en función de cada experiencia. Hay innumerables informes de mujeres que experimentan mucho dolor y grietas en sus pechos durante las primeras semanas de vida de su bebé, pero muchas mujeres también afirman que tuvieron una adaptación tranquila y sin dolor.

Para que el dolor se minimice, el bebé debe estar correctamente agarrado. Esto facilita el aumento de peso del bebé y evita que los pechos de la mujer se resientan.

Para una correcta prendida, el recién nacido debe hacer la famosa boca de pez, mantener la barbilla presionada contra el pecho de su madre, tomar todo el pezón, mantener la nariz libre para respirar, tener la barriga presionada contra la barriga de su madre y llenar las mejillas mientras succiona.

2. La lactancia materna refuerza el vínculo

Verdad. Durante la lactancia se produce un fuerte intercambio de afecto entre la madre y el bebé. Por ello, los vínculos afectivos que se van construyendo durante los primeros días de vida tienden a fortalecerse cuando el bebé mama. Esto no significa que quienes no dan el pecho no puedan crear bonitos vínculos.

Cuando sea necesario, es posible alimentar al bebé con fórmula y biberón y seguir experimentando un intercambio de miradas y afecto durante este momento. Y si la madre quiere alternar el biberón con la lactancia, es necesario elegir el modelo adecuado.

Al principio, los bebés tienen necesidades específicas y hay biberones para recién nacidos que respetan el tamaño de su boca, la capacidad de succión y la alimentación. La diferencia es que sólo la madre puede ofrecer el pecho, por lo que los vínculos de lactancia son exclusivos.

3. El bebé necesita mamar cada tres horas

Mito: Hoy en día, varios pediatras defienden la lactancia materna a libre demanda. Esto significa que la madre ofrecerá el pecho al bebé siempre que lo desee sin preocuparse por el reloj y el horario de alimentación, sólo teniendo cuidado de no dejar que el bebé pase más de tres horas sin comer en los primeros días de vida, cuando el aumento de peso es esencial.

Los estudios demuestran que los bebés tienen una autorregulación de la saciedad y pueden alimentarse tanto y tan a menudo como deseen. Además, el pecho es algo más que comida, ya que proporciona calor y seguridad.

4. Hay una posición adecuada para la lactancia materna

Verdad. Ésta se ve facilitada por la posición tradicional de la madre sentada con el bebé en brazos. Pero es posible conseguir el enganche correcto en otras posiciones. Muchas madres optan por dar el pecho tumbado. La mejor posición es aquella en la que tanto la madre como el bebé están cómodos.

5. El estrés perjudica la lactancia materna

Verdad. Las mujeres estresadas tienden a producir menos leche. Esto se debe a que el estrés hace que la producción de adrenalina sea alta, y esto puede bloquear la oxitocina, una hormona que influye en la lactancia. Por ello, un posparto tranquilo es importante para la salud de la madre y del bebé.